Hay gestos que hablan de nosotros sin decir una palabra. La sonrisa, por ejemplo, deja huella: ilumina el rostro, conecta con los demás y con el tiempo, también dibuja las conocidas “líneas de la sonrisa” o surcos nasogenianos.
¿Qué son realmente los surcos nasogenianos?
Son esas arrugas que se marcan desde la parte inferior de la nariz hasta las comisuras de los labios. Forman parte de la expresión pero con los años pueden hacerse más profundas y dar al rostro un aire cansado o más severo.
¿Por qué aparecen?
No son solo “cosas de la edad”. En realidad, influyen varios factores:
- Gesticulamos constantemente. Reír, hablar, morder, fruncir… los músculos periorales trabajan sin descanso.
- El colágeno y la elastina disminuyen. La piel pierde soporte y firmeza y la zona alrededor de la boca —muy móvil— lo nota antes.
- La gravedad y los hábitos (como dormir siempre del mismo lado o no desmaquillarse correctamente) también contribuyen.
- El estrés y la deshidratación empeoran su aspecto, porque el tejido se vuelve más rígido y menos oxigenado.
Imagina un tejido que antes era un cojín firme y flexible… y que poco a poco va perdiendo relleno y elasticidad. No se hunde de golpe: simplemente cambia su tono, su densidad y su respuesta al movimiento.
¿Se pueden suavizar?
Sí, pero con criterio.
Las arrugas del surco nasogeniano no se “borran”, se armonizan. En DPILAYESTÉTICA trabajamos con un protocolo no invasivo, regenerador y profundamente agradable, que combina:
- Radiofrecuencia Indiba, que reafirma y activa la producción natural de colágeno.
- Luz LED roja, que oxigena y mejora la calidad de la piel.
- Masaje manual específico, que drena, descomprime y devuelve frescura al rostro.
El resultado no es un cambio artificial, sino un rostro descansado, fresco y natural. La piel recupera vitalidad y el gesto se suaviza sin perder autenticidad.
Cosmética que ayuda (y cómo aplicarla)
La constancia marca la diferencia.
Una cosmética rica en péptidos, ácido hialurónico y antioxidantes mantiene el tejido más hidratado y elástico. Pero tan importante como el producto es cómo lo aplicamos:
- Calienta una pequeña cantidad entre los dedos.
- Extiende desde el centro del rostro hacia fuera, sin arrastrar.
- Realiza suaves presiones ascendentes en la zona del surco, nunca pellizcos ni movimientos bruscos.
- Finaliza con respiraciones profundas: el oxígeno también rejuvenece la piel.
El valor de una arruga con historia.
Las arrugas del surco nasogeniano son el reflejo de una vida que se ha reído, hablado, amado.
En DPILAYESTÉTICA creemos que no hay arruga más bonita que la que se produce por disfrutar de la vida. Lo importante no es borrarla, sino mantener la piel sana, luminosa y coherente con la expresión real de cada persona.
Porque la belleza natural no se fabrica, se cultiva.
Y una sonrisa auténtica siempre será el mejor tratamiento facial


